jueves, 21 de enero de 2021

Depresión en la Infancia y la Adolescencia


Definición:

De acuerdo a la OMS (2021) “La depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”. 


“Akisgal y McKinney describen la enfermedad depresiva como la resultante de la interacción de varios factores  que incluyen: vulnerabilidad  genética, acontecimientos  del desarrollo, acontecimientos psicosociales, estresantes  fisiológicos y  rasgos  de  personalidad” (Méndez y Maciá, 1998, p. 5).



Conceptualización:

A diferencia de la depresión en adultos, la depresión infantil y adolescente puede tener un inicio más insidioso y se puede caracterizar por irritabilidad más que por tristeza. Suele asociarse a otras condiciones como: ansiedad, trastorno de conducta, hiperactividad y problemas de aprendizaje.

Se puede definir la gravedad de la depresión por medio del nivel de deterioro y la presencia o ausencia de cambios psicomotores y síntomas somáticos. 

Hay 6 áreas que son afectadas por la depresión en los infantes y los adolescentes: emocional, conductual, cognitivo, psicosomática, motor y social.


Existen diferentes etapas que se dan a lo largo de la infancia y la adolescencia que repercuten ampliamente en el comportamiento y derivan en diferentes síntomas y tipos de depresión:


  • Primera etapa. La edad preescolar. Se da desde el nacimiento hasta los 5 años de edad. La patología depresiva en esta etapa es: Ansiedad, rabietas frecuentes, quejas somáticas, irritabilidad, llanto inexplicable, pérdida de interés en sus juegos habituales, entre otras. Se han podido observar diferentes tipos de depresión como: Depresión por deprivación y anaclítica de Spitz, depresión sensoromotriz y depresión somatogénica.

  • Segunda etapa. Etapa escolar. Entre 6 y 11 años. En esta etapa destacan la corporalidad y sus alteraciones como las principales vías de expresión. En esta edad los síntomas aparentemente pueden no parecer depresivos, pues se dan en forma latente o encubiertos. Destaca el estado de ánimo disfórico. Predominan temas depresivos como culpabilidad, frustración, pérdida, abandono o suicidio, que se dan principalmente en el juego, los sueños y las pesadillas, surgiendo pensamientos muy autocríticos, por los que tiende a disculparse continuamente y a buscar la alabanza y la tranquilidad. Se presenta una gran falta de interés y motivación por el rendimiento escolar y las relaciones con los compañeros. Se da un cambio brusco en el comportamiento y en el comportamiento motor se presentan síntomas como: aumento de nerviosismo, agitación, torpeza y predisposición a accidentes, hiperactividad, conducta agresiva o perturbadora.

  • Última etapa. La adolescencia. Se da entre los 11 y los 18 años. En este periodo los adolescentes tienden hacia la depresión y es importante diferenciar entre la etapa normal del estado de ánimo depresivo y la depresión patológica, ya que diversos autores han señalado que varias de las depresiones adolescentes no son diagnosticadas o tomadas en cuenta, ya que son confundidas con la crisis adolescente. La sintomatología en esta etapa es variada y cicladora, y a medida que el adolescente se aproxima al límite de edad adulta esta va disminuyendo. Las manifestaciones clínicas que se presentan son el estado de ánimo disfórico y deprimido. En el área cognitiva se dan cambios en la actitud frente al esfuerzo y la responsabilidad en sus tareas y se acentúa la baja autoestima, sintiéndose defraudados a sí mismos y a los demás e intentan defenderse de este sentimiento con la negación, fantasías omnipotentes o evadiéndose mediante el consumo de sustancias. Así mismo, pueden mostrar desinterés por el comportamiento sexual como defensa del sentimiento de vacío y soledad. Y se presenta una mayor tendencia y vulnerabilidad por el comportamiento suicida.


Etiología:

El origen de la depresión infantil y adolescente se divide en 4 etapas o periodos destacados:


  1. Las referencias al concepto de melancolía, que inicia con el libro de Robert Burton titulado La anatomía de la melancolía (1621), en el cual aborda la importancia de las experiencias vividas durante la infancia y a la educación percibida en esta etapa. Las primeras aceptaciones de depresión en la infancia se dieron gracias a autores como Baker, que en 1755, afirmó que un niño puede enfermar por influencia de las emociones; Parkinson, quien en 1807 admito la existencia y aparición de una forma de melancolía en los niños; Griesinger, que afirmaba que la manía y la melancolía se observan también en los niños; y Delasiauve, que en 1852 escribió el primer texto monográfico sobre psiquiatría infantil.

  2. Siglo XIX. Se empiezan a escribir textos de psiquiatría infantil y monografías sobre patología mental infantil. Así mismo, aparece el primer caso de nostalgia infantil, diagnosticado en un niño de 2 años.

  3. Primera mitad del siglo XX. En esta etapa destacan las aportaciones del psicoanálisis. Inicialmente, diversos autores de esta corriente se negaron a admitir la depresión en la infancia, pues se discutía si la depresión infantil podía ser considerada una identidad real y sólida. Más tarde, Melanie Klein introdujo el término de depresión referido a la infancia, aunque no sirvió para conceptualizar la depresión infantil. En esta etapa destacan autores como Spitz y Bolwy, Deutsch, Batwin y Freud, quienes realizaron importantes e innovadores estudios sobre la relación que existe entre separación y experiencias de pérdida, así como de la aparición de comportamientos afectivos patológicos como la ansiedad y la depresión.

  4. Segunda mitad del siglo XX. El término melancolía es sustituido completamente por el concepto depresión, y diversos autores realizan importantes trabajos sobre psiquiatría infantil, entre ellos destacan Stern, quien realizó una importante descripción de algunas características del niño deprimido; y Rutter, que presentó el primer trabajo de hijos de padres depresivos y la Clasificación de las alteraciones psiquiátricas del niño (GAP).


Estas 4 etapas marcan el inicio del estudio de la depresión infantil y adolescente. Se puede observar cómo fue su evolución a lo largo de los años, constituyéndose en la actualidad como uno de los objetos de estudio más importantes para la psicología de la salud.



Epidemiología:

La depresión en niños y adolescentes está asociada a diversos factores que influyen en la determinación y la gravedad de la misma. Estos factores están presentes en las diferentes etapas que vive un individuo a lo largo de su infancia y adolescencia y contribuyen al cambio conductual que este pueda presentar.

  • Factores Familiares. “La familia es el centro primario de socialización infantil y juvenil” (Pardo, Sandoval, Umbarila, 2004, p. 22) aquí se encuentran los modelos a seguir a través de la educación que puedan impartir los padres y las formas de relación social que establece el núcleo familiar con otros grupos.

  • Factores Socioeconómicos. “Los factores socioeconómicos y los cambios en la estructura familiar se han asociado con la presencia de depresión en jóvenes” (Pardo, Sandoval, Umbarila, 2004, p. 22)

  • Eventos estresantes. Existe diversos procesos de adaptación a los que se enfrenta un adolescente que pueden generar estrés y dar paso al desarrollo de la depresión, algunos de estos eventos son: las dificultades inherentes al ingreso a la universidad o preparatoria, la elección de carrera, el inicio o la imposibilidad de trabajar, la elección de pareja, el distanciamiento de los vínculos parentales, cambios de residencia, etc.

  • Divorcio de los padres de familia. La separación de los padres de familia afecta a los niños y jóvenes de manera diversa en cada caso, pero es un factor que determina el comportamiento del individuo y en algunos casos determina la posibilidad de que el adolescente cometa actos de delincuencia en un futuro. En diversos estudios realizados se ha comprobado que los niños y adolescentes con padres separados tienen un desempeño más pobre en diferentes áreas: escolar, emocional, problemas de salud, embarazos no deseados y el ingreso al área laboral a edad temprana.

  • Violencia intrafamiliar. Se ha demostrado que los jóvenes que observaron violencia o sufrieron violencia dentro del núcleo familiar, tienden a desarrollar síntomas depresivos en la adolescencia. Los jóvenes provenientes de hogares conflictivos tiene mayor probabilidad de presentar depresión durante la adolescencia y agresión física a pares del mismo sexo, compañeros y padres.

  • Maltrato infantil. Los niños que han sufrido maltrato por parte de algún miembro de su familia, tienden a desarrollar trastornos psicopatológicos, y es un factor de riesgo para presentar diagnósticos como depresión mayor, distimia, trastorno de conducta antisocial, abuso de drogas y tabaquismo.



Clasificación del tema:

Existen intervenciones preventivas las cuales se han clasificado en 3 tipos según la población: La prevención universal que abarca a todos los miembros de una población definida, por ejemplo una zona geográfica o una etapa de desarrollo. La prevención dirigida, se centra en grupos particulares. Y la prevención selectiva, jóvenes que tienen un riesgo superior a la media de presentar el trastorno y la prevención indicada y en los que se manifiestan síntomas o signos de un trastorno.


Se ha comprobado, que las prevenciones dirigidas han demostrado mayor eficacia que las universales, tanto en el postest como en las evaluaciones de seguimiento.


Algunos autores recomiendan continuar investigando la eficacia de las intervenciones de prevención universal, ya que a nivel epidemiológico, un pequeño cambio en la media de los síntomas depresivos de la población puede hacer más para mejorar el bienestar y reducir la prevalencia del trastorno que sólo intervenciones de tratamiento o preventivas a grupos de riesgo.


Desde el ámbito de la psicología positiva se ha señalado que resulta incompleto evaluar la depresión sólo con instrumentos sensibles a la presencia de elementos negativos (tristeza, culpa, falta de relaciones sociales, etc.). Se requiere, por tanto, prestar atención a elementos positivos (placer, disfrute, alegría, bienestar) y en estos aspectos apenas se insiste en la evaluación, aunque algunos estudios comienzan a incorporarlos (Sánchez, Méndez, Garber, 2014, p. 72).


El proceso de evaluación psicológica consiste en obtener información relevante, fiable y válida del niño y de otras personas que se relacionan con él. Se comienza con la recolección de datos del entorno del niño o adolescente, como padres y resto de familia, maestros, amigos o compañeros de clase así como de otras personas que puedan relacionarse con el. Se utilizará la entrevista estructurada o semiestructurada, así como cuestionarios, escalas o los inventarios que se consideren relevantes para el caso.

Se puede destacar el cuestionario de depresión para niños C.D.S. (Children's Depression Scale), que se aplica en en rango de edad de los 8 a los 16 años, el cual aporta una gran cantidad de información para el proceso de evaluación.


El tratamiento cognitivo-conductual es eficaz tanto en poblaciones escolares con síntomas depresivos, como en adolescentes con depresión clínica y en la prevención de recaídas. El éxito del tratamiento cognitivo-conductual parece estar relacionado con la menor severidad del cuadro y con la menor edad de los adolescentes. Este tipo de programas incluyen el análisis cognitivo con el reconocimiento de emociones, la relación de éstas con la conducta y la cognición y el cambio de atribuciones cognitivas negativas. Por otra parte incluyen la intervención conductual, como el entrenamiento en habilidades sociales, la ayuda en la resolución de problemas y otros procedimientos como el moldeamiento o la relajación (psicodiagnosis.es, 2021, párr. 28).


Respecto al tratamiento psicológico no hay establecido un tratamiento unívoco, la tendencia sigue siendo utilizar un amplio espectro de técnicas y programas que incluyen componentes conductuales (planificación de actividades agradables, habilidades sociales y relajación) y también cognitivos (reestructuración cognitiva, técnicas de solución de problemas o retribución).




Escrito por Nallely Sámano y Carlos Juárez.




Bibliografía


Banús S., C.(10 julio 2020). La depresión en niños. Psicodiagnosis: Psicología Infantil y Juvenil. Recuperado el 20 de enero de 2021 de: https://psicodiagnosis.es/areaclinica/trastornosemocionales/ladepresionenniosyadolescentes/index.php 


García, J. y Rodriguez, J. (1998). Depresión en la adolescencia: presentación de un caso. En F.X. Méndez y D. Macía A. (Comps.). Modificación de Conducta con Niños y Adolescentes. Madrid; Ediciones Pirámide.


Guillén, E.; Gordillo, M.; Ruiz, I.; Gordillo M. D.; Gordillo,T.; ¿Depresión o evolución? Revisión histórica y fenomenológica del concepto aplicado a la infancia y adolescencia. International Journal of Developmental and Educational Psychology, vol. 2, núm. 1, 2013, pp. 499-506. Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores. Badajoz, España Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/3498/349852173034.pdf


Nardi B. La depresión adolescente. Psicoperspectivas, vol. III, núm. 1, 2004, pp. 95-126. Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Viña del Mar, Chile. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/1710/171017841006.pdf 


Pardo G., Sandoval A., ; Umbarila D. Adolescencia y depresión. Revista Colombiana de Psicología, núm. 13, 2004, pp. 17-32. Universidad Nacional de Colombia. Bogotá, Colombia. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/804/80401303.pdf 


Sanchez O., Hernandez, F., Mández, X., Garber, J. 2014. Prevención de la depresión en niños y adolescentes: Revisión y reflexión.Revista de Psicopatología y Psicología Clínica. Vol. 19, N.º 1, pp. 63-74. Facultad de Psicología, Universidad de Murcia, España. Department of Psychology, Vanderbilt University, Nashville (Tennessee), USA. Recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Judy_Garber/publication/287566010_Prevencion_de_la_depresion_en_ninos_y_adolescentes_Revision_y_reflexion_Prevention_of_depression_in_children_and_adolescents_Review_and_reflection/links/56b1d7a908ae795dd5c6ea1d/Prevencion-de-la-depresion-en-ninos-y-adolescentes-Revision-y-reflexion-Prevention-of-depression-in-children-and-adolescents-Review-and-reflection.pdf?origin=publication_detail 

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